Hablar no es lo mismo que comunicar: dos pilares esenciales"

 

Entrada 2: Claves para una comunicación efectiva

Título: "Hablar no es lo mismo que comunicar: dos pilares esenciales"

Introducción: Comunicarse es mucho más que hablar. La verdadera comunicación ocurre cuando el mensaje emitido es entendido tal y como fue intencionado. No se trata solo de emitir palabras, sino de lograr una conexión significativa entre emisor y receptor. En esta entrada abordaremos dos aspectos fundamentales: la diferencia entre hablar y comunicar, y el papel decisivo del lenguaje no verbal.

1. Hablar no es comunicar Hablar es emitir sonidos o palabras articuladas. Comunicar, en cambio, implica un proceso mucho más complejo: planificar el mensaje, elegir el código adecuado, adaptarlo al contexto, asegurarse de que el receptor lo entienda y, finalmente, verificar si hubo retroalimentación.

En la vida cotidiana, esta confusión provoca múltiples malentendidos. Una orden seca, una petición ambigua o una explicación incompleta pueden derivar en errores, frustraciones y rupturas de confianza.



Ejemplo práctico: Una docente dice en clase: "Estudien para el examen". El mensaje es vago. Si agregara: "Estudien los temas 3 y 4 del libro, enfóquense en los conceptos clave que vimos esta semana y prepárense para explicar un caso práctico en el examen", el mensaje sería claro, completo y orientador.

2. El lenguaje no verbal: el mensaje silencioso Albert Mehrabian, psicólogo especialista en comunicación, demostró que el impacto de un mensaje depende en gran medida de factores no verbales: un 55% del impacto proviene del lenguaje corporal, un 38% del tono de voz, y apenas un 7% del contenido verbal.

Esto significa que podemos estar diciendo "estoy bien" mientras nuestro cuerpo transmite incomodidad, molestia o tristeza. La comunicación efectiva requiere coherencia entre lo que decimos y lo que mostramos.



Recomendaciones para mejorar tu lenguaje no verbal:

  • Mantén contacto visual sin invadir.
  • Usa gestos que complementen tu mensaje.
  • Cuida tu postura: una postura erguida transmite seguridad.
  • Controla el tono de voz: evita el sarcasmo o el volumen excesivo.

Reflexión personal: Desde que comprendí la importancia de estos aspectos, he transformado la manera en que me relaciono. He aprendido que escuchar activamente, observar las reacciones del otro y estar presente en la comunicación son hábitos que generan confianza, respeto y mejores resultados.

Conclusión: Hablar bien no es suficiente. Necesitamos aprender a comunicar de forma integral, usando todos los recursos que tenemos: la palabra, la escucha, el cuerpo, la intención. Comunicar con eficacia es un acto de respeto hacia los demás y hacia uno mismo.

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